Tradición y actualidad que deslumbran: así es ‘El Mal Querer’, el nuevo álbum de Rosalía

Treinta minutos han bastado para que Rosalía haya traído algo diferente y de calidad en una industria en la que predomina la música de consumo rápido.

La expectación que ha creado Rosalía desde el mes de mayo cuando estrenó ‘Malamente’ ha ido cada vez a más. Podemos considerar el masivo boom de la cantante catalana como uno de los mayores lanzamientos y apuestas de nuestro país en los últimos años. Ya sea por el equipo que lleva detrás o porque las Kardashian promocionen su música, pero es indudable que lo que ha conseguido Rosalía en tan poco tiempo no es normal. Y entre todo este hype por España y el resto del globo terráqueo, se ha enfrentado a cuestionar si es apropiación cultural o reinvención de una tradición. Pero hasta hay quien dice que es la nueva diva del pop millennial. Lo que no se puede negar es que algo debe de estar haciendo bien para que esté en boca de todos y se le congratule del tal manera por su trabajo.

El viernes 2 de noviembre llegó a oídos de todos que Rosalía había estrenado ‘El Mal Querer’. Hasta la enorme pantalla de Times Square en Nueva York (y la más cara del mundo a nivel publicitario) se hizo eco. Y comenzó la incertidumbre: ¿era tan solo una excesiva campaña de marketing publicitario o de verdad iba a merecer tanto la pena?

La idea, el concepto y la historia

‘El Mal Querer’, sin ir más lejos, es su proyecto final de grado del Título Superior de Flamenco en la Escuela Superior de Cataluña. Tras dos años y medio de trabajo, no es un simple disco: es un álbum conceptual dividido en 11 capítulos. Rosalía se inspira en una novela occitana medieval del siglo XIV, llamada ‘Flamenca’, en la que una mujer se casa y los celos de su marido la acaban aprisionando en un torre. Del poder femenino y un amor oscuro, Rosalía y Pablo Díaz-Reixa ‘El Guincho’ (ambos productores) construyen la base del disco.

Tanto la portada como las imágenes de los capítulos han sido creadas por el artista, fotógrafo y director de arte hispano-croata, Filip Custic. Ha conseguido explicar la simbología emocional de cada uno de los capítulos de ‘El Mal Querer’ desde un código visual propio.

Track by track

‘Malamente’ nominada a 5 premios Grammy Latino– es la encargada de abrir ‘El Mal Querer’. Con este primer single se afianzó el “sonido Rosalía” a mediados de año: la fusión de estilos entre el flamenco con palmas que marcan el ritmo unido a una base de trap que hasta permite que suene en las discotecas.

El capítulo 2, la boda o ‘Que No Salga La Luna’ es un giro flamenco más profundo. No tan pop y más curtido. Guitarra, palmas, coros, caja… Tras escuchar la primera canción (y el single), hay dos opciones: puede o, chocar al espectador, o bien, quedar maravillado y asumir que Rosalía sí hace flamenco (sino que le pregunten a Raül Refree, productor de su álbum debut ‘Los Ángeles’). El track número 3, vuelve con otro single: ‘Pienso En Tu Mirá’. Los celos y una relación tóxica pautan la temática de esta canción que sigue la estela de ‘Malamente’. Si te gustó la primera, te gustará esta.

Un punto a remarcar es que en la promoción del álbum, Rosalía nos mostró la cara más pop para atrapar al público (y lo consiguió demasiado bien) cuando la realidad del resultado final es distinta. Te puedes llevar una sorpresa para bien o para mal.

‘De Aquí No Sales – Cap. 4: Disputa’ es la canción más agresiva y violenta del álbum. Frenazos, motores, sirenas y golpes se entremezclan y funden con las palmas en la que se narra una discusión.

El “lamento” llega con ‘Reniego’, la esencia de la copla con Jesús Bola al mando de la orquesta de Bratislava. La pausa del álbum está patrocinada por cuarenta segundos de voz de la actriz Rossy de Palma en ‘Preso’, que define el amor como un infierno. Tras este interlude comienza el desenlace: ‘Bagdad‘ es el as que Rosalía se guarda bajo la manga. La joya de la corona se la lleva la séptima canción del álbum. Un sampleo de ‘Cry Me A River’ de Justin Timberlake con Joan Albert Amargós arreglando las voces -que simulan un canto gregoriano- y el coro del Orfeón Catalán. La favorita de muchos y la que debería ser el cuarto single por su factor sorpresa.

El éxtasis del álbum lo tiene ‘Di Mi Nombre’, el tercer single que Rosalía presentó días antes de lanzar el álbum. Otra canción más popera y pegadiza, sin perder ni un ápice de flamenca, sobre un momento pasional en la relación. Incluye los coros finales de Las Negris, base electrónica y autotune.

‘Nana – Cap. 8: Concepción’ es una copla prácticamente a capela con un base que recuerda a las nanas infantiles. Y tras este momento de calma sonora, llega ‘Maldición’. “Aunque me cueste la vida / O aunque tenga que matar”: fin del maltrato y de la prisión a la que la protagonista está sometida. La luz hacia el final del túnel.  Sonido de cuchillos y espadas -que recuerdan a videojuegos- indican que el empoderamiento de la protagonista ha tomado lugar.

Rosalía plasma en ‘A Ningún Hombre’ la liberación final. La mujer toma riendas de su vida sin depender del amor de un hombre al que se refiere como “carcelero”. “A ningún hombre consiento / que dicte mi sentencia/ solo Dios puede juzgarme / solo a él debo obediencia. /Hasta que fuiste carcelero / yo era tuya compañero/ hasta que fuiste carcelero…”. Una canción de corte más tradicional concluye así la historia del “querer mal”

Sabemos que Rosalía no ha inventado el flamenco. Y tampoco que lo ha revivido porque nunca ha estado muerto. Pero sí ha acercado el producto de una muy buena y efectiva manera al público joven de esta época. Treinta minutos han bastado para que Rosalía haya traído algo diferente y de calidad en una industria en la que predomina la música de consumo rápido. Escuchas que duran dos meses para dejarla en el olvido en la lista de canciones de Spotify.

Todo se debate en si lo de Rosalía es un estrategia basada en hype, que arderá rápido y se consumirá pronto o si, posiblemente haya hecho un álbum que se recuerde en los próximos diez o veinte años. Yo me decanto por lo segundo, porque como dice la última estrofa de la última canción: “Voy a tatuarme en la piel tu inicial porque es la mía, para acordarme para siempre y recordarlo to’a la vía, de lo que me hiciste un día”.

Si no estoy escuchando música, estoy en Twitter o viendo series. O a lo mejor todo a la vez. Escribo y pienso mucho.

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