Rodrigo Cuevas y Fangoria: Reyes de un festiglam acuático

La noche que estaba por comenzar en el día grande de las fiestas de San Mateo en Oviedo contó con la presencia de Fangoria y Rodrigo Cuevas.

Amanecía el día D. La semana anterior y a través de las redes sociales, la naturaleza ya lo presentía y daba señales de la noche que estaba por comenzar en el día grande de las fiestas de San Mateo en Oviedo. Buitres, ciervos con su berrea, árboles selváticos en el centro de Asturias, donde vive el primer protagonista de la noche, contribuían a anunciar el show. Era una noche esperada, ansiada y soñada. ¿Quién no quiere subirse al escenario de su ciudad después de conquistar plazas en varios festivales? Rodrigo Cuevas estaba preparado.

La escenografía era una continuación de la naturaleza que rodea su casa, helechos combinaban a la perfección con focos y altavoces. De una esquina surgió el contoneo de las hombreras gigantescas, chaleco de glitter y falda con vuelo superlativo. En el pecho, una explosión de claveles rojos, queriendo disimular, o más bien reflejar, la emoción que lo invadía.

La plaza de la Catedral se convirtió en el recinto acuático del glam, los chasquidos de las gotas de agua resonaban en los oídos de quienes llevaban puesta la capucha de su chubasquero y los paraguas hacían su trabajo, aunque estorbando la visión de los compañeros de al lado. ‘Orestes y Máximo’ era el primer tema de la particular zarzuela de Cuevas, donde ya se dejaba ver el toque ácido y reivindicativo, sin duda la marca de la casa. Sólo trataba de contar una situación personal sin nombres reales. ‘El señorito’ fue la conexión del público con la vena folclórica, lanzando docenas de claveles que de vez en cuando volvían a las tablas entre los aplausos.

‘Arboleda bien plantada’, ‘Noche de ronda’ y un sentido homenaje a Tino Casal con versiones de ‘Pánico en el Edén’ y ‘Embrujada’ un día antes del aniversario de su desaparición, fueron llave para explicar a los presentes la filosofía ‘anti repunantes’ de la que Rodrigo es abanderado. Hay que cantar por las calles, recuperar el patrimonio natural del campo y potenciar a los artistas locales. Al aplaudir te sumabas automáticamente a la manera de vivir que jamás debió perderse. El aplauso fue bien fuerte. El ritmo y avance del directo estuvo marcado por la cantidad de prendas que dejaban de cubrir a Rodrigo, aunque los nervios previos hicieron que comenzara sin el liguero, revelando que las medias se sujetaban solas, magia de la silicona, que en el siglo XXI… ¡Todo lo puede y lo mantiene!

Justo cuando comenzaba el tiempo de los éxitos que suman cientos de visitas en youtube, la lluvia (para Rodrigo era agua de rosas que disfrutaba en la cara) ganó. Los altavoces enmudecieron. Misterio, requiebro, cortocircuito. La maestría de Cuevas sobrepuso al fallo técnico y en el borde del escenario con un paraguas lanzado desde la plaza, el Rodrigo más acuático del mundo, comenzó con una pandereta a cantar vaqueiradas a capella. No quería bajarse del escenario con el que tanto había soñado. El cariño, respeto y admiración iba en aumento y acordeón en mano, regaló un pasodoble, terminando con el cuento de ‘El toro Barroso’. Un micrófono con cable le devolvió a los altavoces y pudo ser más experimental, contemporáneo y muy moderno, a la altura de las instalaciones y las flores de Melissa Hindell. ‘Soy de Verdiciu’ compartiendo micro con una acordeón y realizando personalmente la melodía cerraba el show con sentimientos de compasión y felicitación por todo lo alto, de un público que se deshizo en elogios merecidos y ganados a pulso. ¡Genio y figura… acuática!

La noche avanzaba y la plaza estaba hinchada de agua, los altavoces volvían a estar operativos. Octógonos concéntricos a modo de pantalla era la nueva escenografía. ‘El rey del glam’ era la señal para que Nacho Canut, Rafa Spunky, Jesús Horror y Alaska aterrizaran en San Mateo. ‘El cementerio de mis sueños’ precedió a los saludos por parte de Fangoria, que estaban encantados de volver a la tierrina y agradecer la espera debajo de la lluvia. La humedad en el ambiente fue provocando poco a poco que la melena de la diva del glam se cardara naturalmente, una imagen salvaje que concordaba con el ritmo del setlist, pero que a ella le pone muy nerviosa.

‘Fiesta en el infierno’, ‘Geometría polisentimental’, ‘Disco Sally’ o ‘Manual de decoración para personas abandonadas’ fue el repaso que hizo el dúo por su último disco y que hizo vibrar una plaza abarrotada a pesar de ser muy tarde en un día laborable.

Hubo tiempo para viajar en el tiempo y saltar con temas como ‘Perlas ensangrentadas’, que levanto comentarios de título favorito entre el público, ‘Más es más’, ‘Ni tu ni nadie’ o ‘A quién le importa’, fueron los protagonistas de las historias en las redes sociales. Cambios de vestuario, bailarines perfectamente sincronizados y el sonido del theremin completaron la escena del directo de Fangoria.

La noche que estaba por comenzar en el día grande de las fiestas de San Mateo en Oviedo contó con la presencia de Fangoria y Rodrigo Cuevas.

Como traca final y para disfrutar del empape que tenían todos, los bises comenzaron con emoción inevitable al escuchar ‘¿Por qué a mi me cuesta tanto?’ y que los más fans conocían a la perfección. Alaska tomaba la palabra para aconsejar a todos que se fueran pronto a casa y se tomaran algo caliente si no querían resfriarse. ‘Canciones que hablan sobre bailar’ cerró el particular festiglam de la noche ovetense. El glitter, el contoneo y el cardado quedaban en el recuerdo. Los claveles rojos serían el consuelo de los constipados que aparecieron al día siguiente.

Ingenierio Civil apasionado de la música y el espectáculo. Inspirado en los 80's, me gusta descubrir nuevos sonidos. Bailo y canto todo el tiempo, profesionalmente en la ducha. Me fijo en cada esquina por si aparece arte.

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